En
las sombras de la noche
espero su llegada...
Contando
los minutos del reloj
justifico su demora.
Mientras
elevo la mirada
hacia
la luna,
una
suave brisa
me
anuncia su presencia;
ese
aroma de mujer
que
me seduce,
atando
mi mente a los deseos,
donde
el placer del sexo
me domina...
Entre
gemidos,
entregados
a la noche,
se
unieron nuestros cuerpos
insaciables,
cabalgando
a la luz de las estrellas.
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